Consejos para viajar a Marruecos
septiembre 17, 2021

Me gustaría empezar con una confesión: la entrada de hoy era una de las que más ilusión me hacía redactar pero, al mismo tiempo, la que más respeto me infundía. Hoy, queridos lectores, hablaremos sobre los consejos fundamentales para viajar a Marruecos.

Quería estar bien segura de una serie de cuestiones: primero, que no me dejara ningún cabo sin atar; segundo, que aportara algo respecto a la ingente cantidad de información que habita en Internet y finalmente, y quizás lo más importante, que todo ello no resultara un tostón. ¡Todo un reto!

Por otro lado, me vais a permitir que me extienda. Bien sabéis que ni soy parca en palabras ni doy recomendaciones como si de la lista de la compra se tratara: creo que lo mejor es explicar las razones para que cada uno tome sus decisiones después de haberse informado. Tanto es así, que al final no he tenido más remedio que dividir el artículo en dos partes para que no huyáis despavoridos ante la sobredosis de información.

Sin más preámbulos, empiezo con la primera parte de mis consejos. ¡Espero que disfrutéis y os sirvan de ayuda!

Comidas y bebidas

Beber del grifo es lo que más os puede aguar vuestras vacaciones en Marruecos  (lo de “aguar” no pretendía ser un ingenioso juego de palabras, os doy mi palabra). No es un secreto que sus instalaciones de fontanería no son de las mejores del mundo, así que recomiendo beber agua embotellada si no queréis que vuestras visitas al baño aumenten de forma alarmante.

También tendría cuidado con las bebidas carbonatadas que, aunque procedan la mayoría de compañías internacionales, no se fabrican igual. Alguna vez he tenido dolores de estómago y, en el momento en que he dejado de beber bebidas con gas, han parado (no creo que sea algo generalizado porque dependerá del organismo de cada uno, pero no está de más poneros sobre aviso).

Pero aunque aconseje tener precauciones con la bebida, os podéis tomar todas las libertades con la comida, independientemente de que no soláis comer mucha fruta o verdura. Yo tampoco, pero he disfrutado del sabor intenso de cada fruta y ensalada que he tomado en Marruecos.

Incluso diría más: os recomiendo no asustaros de costumbres alejadas de nuestra cultura higiénica. Sin ir más lejos, ¿habéis visto aquellos puestos callejeros, con la carne literalmente colgada y rodeada de moscas? Pues aunque no lo creáis, allí es donde he probado el mejor bocadillo de cordero.

Ya sé que las normas de higiene están por una razón, pero os aseguro que por una semana de vacaciones en la que seáis más flexibles no os va a pasar nada. ¿Quién no se ha comido alguna vez una fruta directamente de un árbol?

Moneda

La moneda oficial de Marruecos es el dírham, y el cambio oficial suele ser de 10,7 dírhams por cada euro (más o menos dependiendo de la semana).

A la pregunta de muchos sobre dónde cambiar antes de viajar, os diré que, además de complicado, no lo considero aconsejable, en gran parte por las comisiones. Sin embargo, cuando lleguéis dispondréis de numerosos sitios: casas de cambio en el puerto, en el aeropuerto, en la propias medinas e incluso en ocasiones podréis cambiar en la propia recepción de los hoteles. Además, en caso de alguna compra puntual también os aceptan pagar en euros.

Dependiendo de dónde realicéis el cambio será más favorable o menos, aunque nada alarmante. Es más, incluso aunque paguéis directamente en euros os harán la conversión 10 dírhams= 1 euro. Aunque también debéis saber que si la cuantía es poca (menos de 50 dírhams), puede ser que sea necesario pagar directamente en dírhams.

Para más información al respecto, os recomiendo la entrada sobre la moneda marroquí.

Regateo

Si tenéis recelo a regatear, pero pensáis realizar alguna compra, debéis tener en cuenta que está intrínsecamente ligado a la cultura marroquí y prácticamente todo se puede (y se debe) regatear. Bien es cierto que algunas tiendas fijan y etiquetan el precio de los artículos, pero eso no es, ni de lejos, la norma.

En términos generales, debéis tomarlo como un juego y como parte de la rutina del comerciante. Y por ello no debéis pensar que se trata de una situación tensa, aunque a veces parezca que se enfaden por el precio que ofrecéis, ya que forma parte indispensable de su juego. Pensad que si se enojaran cada vez que alguien le insinuara un precio que consideran injusto los comerciantes no llegarían a los treinta años de edad.

Si queréis saber todas las claves para convertiros en regateadores profesionales, os dejo mis trucos al respecto: primera parte y segunda parte.

Alcohol

Siguiendo la máxima de que hasta que no perdemos algo, no nos damos cuenta de que lo necesitamos, si pensáis que os puede apetecer, después de un largo día caminando por la medina, tomaros una copa en la habitación del hotel, os aconsejo encarecidamente que llevéis el alcohol de casa.

No es que resulte imposible conseguirlo en Marruecos, pero sí mucho más complicado que en un país occidental. En el Islam se prohíbe beber, por lo que no se suele ofrecer en los restaurantes (a no ser que esté dirigido fundamentalmente a extranjeros).

Además, los establecimientos que venden alcohol tienen que pagar una tasa extra al gobierno, lo que unido a que la mayoría es de importación, provoca que sea bastante caro (por concretar: una cerveza puede llegar a costar entre 2 euros y 2,5 euros y una botella de vino hasta 10).

Los únicos lugares donde podéis adquirirlo a precios razonables es en los grandes comercios situados a las afueras. Eso sí, evitad las marcas nacionales, sobre todo los vinos.


Diferencias culturales

Razones para visitar Marruecos habrá tantas como viajeros pero, creo que en eso coincidimos todos, el motivo principal para visitarlo es que es un mundo diferente. Así que, ¿Por qué aquello que empuja a conocer un país debería ser también el motivo para rechazarlo?

Si sólo pudiera dar un consejo a alguien que viajara por primera vez a Marruecos le diría: déjate llevar. Aprécialo en toda su magnitud y piensa en la suerte que tienes de conocerlo. Si lo que más envidiamos de los marroquíes es su tranquilo estilo de vida, ¿por qué deberíamos extrañarnos cuando pedimos algo y tardan? ¿No deberíamos considerarlo natural? Es más, ¿no deberíamos dejarnos llevar y participar de ello?

¿O por qué nos preocupa que se acerquen a nosotros a vendernos algo o que se ofrezcan como guías? ¿No es precisamente ese estilo de buscavidas una de las cosas que más nos llama la atención el país? Y si no queréis algo, es suficiente con decir «no», de forma tajante pero amable, y continuar vuestro camino: en cuanto perciban la naturalidad con la que os negáis dejarán de molestar.

Insisto: id relajados, pensando que vais a vivir una experiencia que os marcará de por vida. De ello depende que volváis planeando vuestro siguiente viaje o que juréis no volver a pisar Marruecos nunca más. No suele haber término medio (y creedme, sería una verdadera pena que optéis por la segunda opción).

¡Y con esto termina la primera parte de los consejos para viajar a Marruecos! En la segunda y última parte hablaremos entre otros del pasaporte, la época del Ramadán y las conexiones telefónicas. ¡No vemos en la siguiente entrada y recordad: si creéis que falta algo no tenéis más que comentarlo! un abrazo a tod@s!

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